El conglomerado tecnológico japonés Toshiba ha acometido una compra multimillonaria de acciones propias para recuperar alrededor del 6% de sus valores, por debajo del cual ya ha pagado 12.000 millones de yenes (91 millones de euros).

La empresa, que prevé culminar el proceso antes de que finalice el 2021, realizó este miércoles una primera compra en la que recuperó 2.521.000 de sus acciones en circulación y por la que pagó el mencionado monto, según anunció en un comunicado.

La operación está incluida en un plan de recuperación de 27 millones de acciones (aproximadamente el 6% de las emitidas) y en el que prevé invertir hasta 100.000 millones de yenes (760 millones de euros), con el objetivo de impulsar la rentabilidad de sus accionistas.

Como parte de esta estrategia, también prevé destinar unos 50.000 millones de yenes (380 millones de euros) para pagar un dividendo especial, dado que “algunos accionistas, principalmente minoristas, prefieren los dividendos”, explicó.

Toshiba Prometió devolver a los accionistas un superávit de 150 mil millones de yenes (1,14 mil millones de euros).

La junta del conglomerado ha estado en un conflicto de larga data con inversionistas activistas, incluidos fondos extranjeros como la singapurense Effissimo Capital, su mayor accionista.

Effissimo fue el impulsor de una investigación independiente que descubrió irregularidades en la votación para reelegir a Nobuaki Kurumatani como presidente y director ejecutivo, quien renunció a mediados de abril en medio de una lucha de poder por el control del grupo.

Tras el escándalo, el fondo 3D con sede en Singapur Inversión, su segundo mayor accionista, exigió la renuncia total del actual directorio.

En un nuevo episodio y una contundente victoria para los inversores activistas, los accionistas decidieron en su reunión anual del día 25 destituir al presidente del consejo de administración, Osamu Nagayama, y ​​a otro alto ejecutivo de auditoría.

Actualmente, aproximadamente la mitad de las acciones de la empresa de tecnología están en manos de inversores extranjeros.

Lo que alguna vez fue una de las corporaciones tecnológicas más grandes de Japón, fabricante de todo, desde computadoras portátiles hasta reactores nucleares, ha estado sumida en serios problemas financieros durante años y plagada de varios escándalos contables.

JL