Semanas más tarde, Sacoolas, cuyo esposo trabajaba para el gobierno de Estados Unidos en una base militar británica en ese momento, huyó de Gran Bretaña bajo inmunidad diplomática. Los fiscales británicos acusaron a la Sra. Sacoolas de causar la muerte por conducir de manera peligrosa, pero el gobierno de Estados Unidos rechazó una solicitud de extradición para ella. La decisión, que el gobierno británico denominó “denegación de justicia”, provocó indignación en Gran Bretaña.

Es poco probable que el acuerdo entre la familia de Dunn y Sacoolas termine con la tensión de un año entre Washington y Londres sobre si se le debe exigir que regrese a Gran Bretaña para enfrentar los cargos. En una llamada telefónica con Dunn y la madre de Seiger el martes, Liz Truss, la secretaria de Relaciones Exteriores británica, dijo que el acuerdo no era el final de los esfuerzos de su oficina para extraditar a la Sra. Sacoolas a Gran Bretaña.

“Dejó en claro que la posición del gobierno es que se debe hacer justicia”, dijo Seiger.

En los años transcurridos desde el accidente, los padres de Dunn, Charlotte Charles y Tim Dunn, han hecho campaña para que Sacoolas sea procesado en Gran Bretaña. En octubre de 2019, viajaron a la Casa Blanca para reunirse con el presidente Donald J. Trump, quien los sorprendió al revelar que la Sra. Sacoolas estaba en una habitación contigua. Los padres del Sr. Dunn se negaron a reunirse con ella. Luego presentaron una demanda civil contra ella en Virginia.

En virtud de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, los miembros del personal diplomático y sus familias estacionados en un país extranjero tienen derecho a inmunidad. El año pasado, Gran Bretaña y Estados Unidos finalmente acordaron dificultar que los diplomáticos reclamen inmunidad por delitos que cometieron fuera de sus funciones. Sin embargo, los cambios se aplican a casos futuros y no a los de la Sra. Sacoolas.