el gol que nos mató y la crónica anunciada de un fracaso que no cambiará nada – Es de Latino News

Son muchas las voces que han anhelado un rotundo fracaso de la selección mexicanauno que sacudiría los cimientos mismos del deporte, el negocio, y haría que el hada de los sueños descendiera en la noche para convencer a los dueños de la pelota de que renunciaran a sus millones de dólares en ganancias a favor de una fútbol de excelencia.

Ha llegado el desastre. México fue eliminado de la Copa del Mundo en la primera ronda por primera vez desde 1978, pero el hada que transformaría a los mánagers mexicanos de vampiros sedientos chupadores de dólares en mecenas de la cultura deportiva, no.

Y es que la selección mexicana lleva años coqueteando con el desastre. Apoyada en la corta memoria de la afición y en un periodismo deportivo de la más baja calidad, esta institución ha sabido mantenerse impávida a pesar de las constantes decepciones y la evidente incompetencia para afrontar procesos deportivos serios y de largo plazo.

Hace 9 años un gol de último minuto de Estados Unidos – sí, Estados Unidos – evitó que México quedara fuera del Mundial de Brasil 2014. Graham Zusi empató ante Canadá y dio vida a una selección mexicana que pese a perder en Costa Rica pudo conseguir medio boleto para pelear por los playoffs en Nueva Zelanda. Perder en la eliminatoria de Concacaf hubiera sido un fracaso exponencial comparado con la decepción del miércoles, sin embargo, no hubiera sido un terremoto de magnitud suficiente para derribar los sólidos pilares sobre los que descansa la industria del fútbol mexicano.

¿Y quién se despediría de una empresa rentable que reparte beneficios en múltiples formatos? Nadie.

La peculiaridad de la Federación Mexicana de Fútbol y la Liga MX es que las decisiones finales las toman los EMPRESARIOS o sus empleados, no los comisarios deportivos. Ningún ejecutivo podría permanecer en su trabajo si no le proporciona a su jefe estados financieros saludables con ingresos fuertes, crecientes y prósperos. Por si fuera poco, estos jerarcas son proclives a exigir dinero constante, sólido y puntual, no gozan de la virtud de la paciencia, aunque la excelencia deportiva sí da retorno a la inversión, basta ver a los norteamericanos, que aunque viven con otra economía Han convertido su fútbol en un producto rentable, con estadios llenos en la liga y un equipo con proyección de futuro.

Así, estamos ante la crónica de un fracaso anunciado que no cambiará nada. El fútbol en México es una industria, una industria cruel que hace malabarismos con dólares en una mano y el sentimiento de millones de aficionados en la otra..

Oh, oh, oh, oh… canta y no llores.