Silicon Valley Bank es el banco más grande en colapsar en EE. UU. desde la crisis financiera de 2008 y su caída el viernes hizo temer por un momento un nuevo colapso de la cadena como el que sacudió entonces la economía mundial.

Para evitar un “efecto contagio” en el resto de la industria bancaria, las autoridades trabajaron a toda máquina durante el fin de semana.

Fue así como en la tarde del domingo se anunció que todos los depositantes podían retirar su dinero y, al mismo tiempo, se informó del cierre de un segundo banco: Firma.

En solo tres días, dos bancos entraron en picada y se vieron obligados a cerrar sus operaciones.

Este lunes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró que el sistema financiero de la nación está a salvo, reafirmando el intento de proyectar calma luego de que el rápido y sorpresivo colapso de las entidades bancarias suscitara temores de una crisis más extensa.

“Tus depósitos estarán allí cuando los necesites”, aseveró, y agregó que se debe despedir a los gerentes de los bancos y que el dinero que se devolverá a los clientes no lo pagarán los contribuyentes.

La devolución de estos recursos a todos los depositantes será financiada con el Fondo de Garantía de Depósitos (DIF) que fue creado para situaciones de emergencia.

Este fondo se financia regularmente con los pagos trimestrales que realizan los propios bancos y con los intereses que generan los bonos del gobierno.

Los estadounidenses deben “tener la seguridad de que nuestro sistema bancario está a salvo”, dijo Biden. Según el presidente, los clientes de SVB podrán acceder a su dinero a partir de este lunes.

El presidente de EE. UU. también se dirigió a los inversionistas, diciéndoles que no estarán protegidos: “Se arriesgaron y cuando el riesgo no paga, los inversionistas pierden su dinero. Así es como funciona el capitalismo”.

Los expertos dicen que el gobierno trató de protegerse para evitar la ira pública provocada por el Los rescates de Wall Street de…