durante todo ese tiempo el formato de los smartphones ha vivido un proceso de revolución y reinvención constante en el que cada nueva generación de móviles dejaba inmediatamente obsoletos a sus antecesores.

Los procesadores móviles seguían la Ley de Moore como si fuera una ley divina, las pantallas duplicaban su densidad o brillo y los sistemas de carga rápida aumentaban su potencia como si fueran alimentados por fusión fría.

Uno, que ya peina canas en esto de la tecnología, recuerda cada presentación de móviles con la ilusión de un niño en la mañana de Reyescon mariposas en el estomago, sigo sin saber si es fruto de los siempre indigeribles canapés que componen la dieta básica de la prensa durante estos eventos, o por los nervios de conocer esas características que harían un cambio definitivo en la forma en la que utilizaríamos el móvil en adelante.

Sin embargo, debo decir que No he sentido esas mariposas en un par de años. en la tripa en las presentaciones de los nuevos móviles… y no, no creo que sea porque los canapés que sirven son cada vez más “saludables”. Estaremos ante el declive de un dispositivo condenado a desaparecer como la radio FM o el Walkman.

¿Crisis económica o falta de ideas?

No se puede negar que, en la actualidad, nos enfrentamos a un contexto económico difícilSalir (o al menos intentar salir) de una falta de suministros y stock de componentes que se arrastra desde el parón de la pandemia.

Por si nos faltaban emociones, se ha sumado una crisis económica que está provocando escenarios inflacionistas en las principales potencias económicas mundiales que está provocando el desplome de las ventas de telefonía móvil. La suma de ambos ha hecho las marcas ponen freno a la I+D y reducir radicalmente su catálogo de móviles y, sobre todo, sus prestaciones.

Esta es una de las principales razones por las que la móviles que se están presentando en 2023 Son bastante sosos en cuanto a innovación y prestaciones respecto a generaciones anteriores, en las que los móviles de gama media se presentaban con prestaciones y hardware que compartían con los móviles de gama alta.

Sin embargo, desde hace un tiempo, los lanzamientos de modelos punteros como la gama iPhone 14, los Galaxy S23 o la serie Xiaomi 13, por citar algunos ejemplos representativos, no han tenido ese componente de revolución tecnológica, y se limitan a pulir la experiencia de usuario y el rendimiento con pequeñas mejoras que ya no justifican el cambio inmediato de terminal hasta bien pasadas dos o tres generaciones.

Todavía recibo algunas preguntas hoy de lectores habituales como usted en las redes sociales o de familiares y amigos sobre si vale la pena cambiar de iPhone 12 o 13 a iPhone 14, o de Galaxy S21 o Galaxy S22 a un Galaxy S23. Salvo casos muy muy concretos, la respuesta siempre es: “Si te funciona, no lo cambies. Espera otra generación y notarás algún cambio significativo”.

El futuro será plegable o no será

Este contexto de tecnología continua de los principales actores de la telefonía hace que la sensación de haber tocado techo (o de estar muy cerca) sea cada vez mayor. Sin embargo, al igual que Astérix y sus vecinos, existe un pueblo irreductible que mantiene encendida la chispa tecnológica de la I+D: los teléfonos móviles plegables.

Muchos usuarios piensan que los teléfonos plegables son dispositivos completamente innecesariosincluyendo figuras tan prominentes como Carl Pei, el siempre controvertido CEO de Nothing.

sin embargo pienso Los teléfonos plegables deben asumir el papel de “gamberros tecnológicos” que antes lideraban los móviles top de cada marca, que generación tras generación se han ido aburguesando y perdiendo impulso.

Ya he mencionado en alguna ocasión que en los móviles plegables, en cualquiera de sus formatos, queda todo por hacer. Todo es campo. Por eso es el segmento móvil el que debe asumir su papel de laboratorio de pruebas para que las marcas experimenten nNuevas propuestas que hacen avanzar a los smartphones hacia otros caminos.

Como supuestamente dijo Einstein, “la locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes”. ¿Qué opinas, los móviles han entrado en un callejón sin salida o todavía tienen mucho que decir?