Los lanzamientos de cohetes Starship de SpaceX podrían suspenderse debido al impacto del lanzamiento fallido. Un grupo de asociaciones medioambientales acaba de demandar a la Administración Federal de Aviación (FAA) de EE. UU. por no analizar el daño medioambiental que podría causar el “cohete más grande jamás construido”.

El descuido de Elon Musk por el lanzamiento de Starship continúa aumentando a medida que se revelan nuevos detalles sobre las implicaciones para su empresa. Lo acusan de una actitud temeraria que podría haber terminado en un desastre similar al lanzamiento de la N-1 soviética, considerada la mayor explosión no nuclear de la historia aeroespacial.

El hecho más grave fue que, a los pocos minutos del lanzamiento y viendo que las fases del cohete no se separaban, SpaceX se vio obligada a destruir el vehículo sobre las aguas del Golfo de México. Mientras los desechos espaciales se derramaban sobre la Tierra.

“No estamos en contra de la exploración espacial o de esta empresa”, dijo el abogado principal del Centro para la Diversidad Biológica, Jared Margolis. “Pero mientras contemplamos las estrellas, no deberíamos sacrificar fácilmente comunidades, hábitats y especies”.

Además, como estima Eric Roesch, experto en riesgo y cumplimiento de la normativa medioambiental, advirtió en su blog ESG Hound que SpaceX podría enfrentarse una demanda millonaria En las próximas semanas.

“El hecho de que en el primer lanzamiento produjeran consecuencias ambientales bastante grandes y obvias, que no fueron anticipadas ni descritas, es un gran punto de partida para una demanda”, dice.

Como reconoció días después el propio CEO de SpaceX, la compañía había estado trabajando en un nuevo Plataforma de lanzamiento, que no pudieron completar a tiempo. El problema era que confiaban en que el que tenían resistiría el empuje del SuperHeavy. Algo que no sucedió.

Para colmo, Musk detalló que “los motores podrían haber destruido el concreto, en lugar de solo erosionarlo”. Desde entonces, los bloques de cemento volaron a cientos de metros de distancia, destruyendo todo a su paso. Además de eso, admitió que, en la prueba previa, “los motores estaban solo a la mitad de potencia para la prueba de fuego estático”.

La consecuencia directa de esta negligencia fue que las partículas de la explosión de la nave espacial Starship y el cohete Super Heavy se extendieron lejos más allá de lo esperadoplanteando preocupaciones sobre el impacto en la salud humana y las especies en peligro de extinción.

suspensión de lanzamientos

Aunque han pasado varios días desde la explosión, vecinos de Port Isabel, Texas, informaron que sigue cayendo material húmedo y arenoso del cielo, a pesar de que se encontraban a unos 10 kilómetros del lugar de lanzamiento, en Boca Chica.

Ante las acusaciones, la FAA suspendió temporalmente el programa hasta determinar el impacto real en la salud de los habitantes, el ecosistema y las especies animales de la región. Sin embargo, rápidamente comenzaron a surgir voces expertas de que la FAA era parte del problema.

En principio, SpaceX tiene autorización federal para realizar 20 lanzamientos de Starship al año durante los próximos cinco años. Sin embargo, este permiso está suspendido por medidas legales. Sobre todo si la FAA está involucrada en los hechos.

Hace unos días, Musk señaló que la compañía estaría lista para volver a intentar un lanzamiento en seis u ocho semanas. Es un intervalo que coincide con los tiempos que lleva manejando SpaceX y con lo comentado justo después del primer lanzamiento.

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