La cadena Aqua Hotel Grup, propiedad de ocho familias desde su fundación en 1986, diversifica su negocio tras la pandemia con una operación que el propio consejero delegado, Benet Ferrer, califica de “arriesgada”. La compañía ha invertido 70 millones de euros en la construcción de un nuevo hotel de cinco estrellas en Santa Susanna (Maresme) que se ha convertido en el pilar de su nueva estrategia dada su dimensión y el sector turístico al que se dirige. El complejo hotelero Atzavara suma 45.000 m2, 465 habitaciones, cuatro restaurantes, treinta piscinas -22 de ellas en salones privados-, veinte salas de convenciones y doce tiendas para atraer tanto a turistas de vacaciones como de negocios, donde han puesto un foco especial.

“Es una forma de desestacionalizar la actividad, dar empleo durante todo el año y captar clientes de empresa, un segmento poco habitual en la zona del Maresme”, apunta Ferrer.

La cadena hotelera ingresó 62 millones de euros en 2022 y espera alcanzar los 73 millones este año

El hotel ha abierto a pleno rendimiento este año tras una prueba por fases el verano pasado y se ha construido en unos terrenos propiedad de Aqua donde anteriormente tenían dos campos de fútbol. El grupo ha financiado la construcción con fondos propios en más del 50% y el resto con préstamos bancarios. Con ello ya cuentan con cuatro hoteles en Santa Susanna, donde también se encuentra su sede. Completan su portfolio con un hotel en Lloret de Mar, dos en Pineda, uno en Malgrat y dos más en Barcelona, ​​con la marca Ohla, estas cinco estrellas y un restaurante con estrella Michelin. En el ejercicio 2022, el grupo ganó 62 millones de euros, ya por encima de la facturación prepandemia, y para este año esperan alcanzar los 73 millones.

La apertura del Atzavara supone un punto de inflexión para Aqua, admite Ferrer, y aunque conlleva cierto riesgo, confía en su éxito. “Somos optimistas y estos primeros meses de funcionamiento así lo confirman”, afirma. Durante este tiempo el complejo ya ha albergado diversos eventos corporativos y a día de hoy cuenta con una ocupación que oscila entre el 60% y el 70%. “Las habitaciones con más demanda son los dúplex con piscina privada y las villas”, apunta. En el lujo, segmento en el que ahora están posicionados, no hay crisis.

El grupo descarta por ahora nuevas adquisiciones y se centrará en reformar y subir el nivel de sus hoteles, todos en propiedad. El próximo invierno tienen previsto invertir en torno a cuatro millones en la reforma de un establecimiento en Pineda y al año siguiente destinarán unos diez millones al hotel Aquamarina de Santa Susanna. En total, el grupo emplea a 1.055 personas, casi 300 solo en el nuevo hotel Atzavara.