El viceministro de Gestión de Riesgos y Protección Civil, general Carlos Pérez Ampueda, publicó el día X un vídeo del incidente y habló de un balance «masivo» de víctimas, sin precisar una cifra oficial.

«En este momento no tenemos un número exacto», dijo Yorgi Arciniega, alcalde del municipio de Angostura, al que pertenece La Paragua. «Se habla de 25 muertos y 15 heridos.»

Los familiares esperaban noticias en Puerto Guacara, en La Paragua, a unos 750 kilómetros al sureste de Caracas y desde donde zarparon las embarcaciones rumbo a la mina «Bulla loca».

«Hasta el momento han llegado 15 cadáveres y cuatro heridos. En este momento están llegando dos embarcaciones más, con aproximadamente 8 cadáveres más», declaró el funcionario local del puerto. Es «lamentable lo que ha pasado», afirmó.

Los familiares de uno de los mineros muertos lloraban desconsoladamente mientras llevaban su cuerpo en el maletero de un camión dentro de una caja de madera. Lo llevaron a una pequeña casa con techo de chapa donde su madre abrazaba a otros familiares.

«Mi hermanito, mi hermanito», gritó una niña cerca del cuerpo cubierto con una sábana en una habitación acondicionada para el velorio. «Mi hermanito, mi hermanito», gritó una niña cerca del cuerpo cubierto con una sábana en una habitación acondicionada para el velorio.

Grupos de jóvenes en motocicletas acompañaron a los camiones con los cadáveres traídos de la mina. Varios grabaron los cortejos fúnebres con sus teléfonos móviles.

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En diciembre pasado, al menos 12 personas murieron tras el derrumbe de una mina en la comunidad indígena de Ikabarú en este mismo estado, donde días antes se había producido un «colapso parcial» sin dejar muertos.

La región del arco minero en Bolívar, que abarca una porción de la Amazonía, tiene una superficie de 112.000 km2 con grandes reservas de oro, diamantes, hierro, bauxita, cuarzo y coltán.

Es una zona explotada por el régimen, pero también ocupada por grupos ilegales y bandas criminales.

«Esto estaba por llegar», comentó Robinson Basanta, vecino del lugar, al referirse a las condiciones inseguras en las que trabajan los mineros, la mayoría en situaciones de extrema pobreza.

«Esta mina ha liberado mucho oro (…) La gente va allí por necesidad para llegar a fin de mes», añadió el hombre.

Los activistas denuncian el «ecocidio» en la zona y la explotación de niños y mujeres, que trabajan largas jornadas sin protección.

En el último año, las Fuerzas Armadas venezolanas del régimen desalojaron a unos 14.000 mineros ilegales del Parque Nacional Yapacana, ubicado en el vecino estado de Amazonas.

FUENTE: AFP