Miles de partidarios de la oposición rusa Alexéi Navalni Se reunieron este viernes para rendirle homenaje en una iglesia de Moscú antes de su funeral, pese al riesgo de ser detenido. Aunque no pudieron entrar, se quedaron alrededor del templo.

El cuerpo del principal detractor de Vladimir Putin Fue expuesto brevemente en una iglesia de Marino, un distrito sureste de la capital rusa, en presencia de sus familiares.

Cumpliendo con el rito ortodoxo, Su cuerpo fue colocado en un ataúd abierto., cubierto de decenas de flores rojas y blancas. Varios asistentes portaron velas.

Poco antes había llegado al templo el coche fúnebre con el ataúd del activista, entre aplausos de la multitud. Desde primera hora de la mañana, una larga fila de miles de personas se formó, en medio de una intensa vigilancia policial, frente a la iglesia, situada en el barrio donde vivía Navalni antes de ser detenido.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, había advertido que Cualquier manifestación «no autorizada» con motivo del funeral podría ser sancionada. Durante su rueda de prensa diaria, también afirmó que no tenía «nada que decir» a la familia del dirigente fallecido.

Decenas de miembros de las fuerzas de seguridad se desplegaron en la zona y las autoridades delimitaron el camino entre la iglesia y el cementerio con barreras metálicas.

En los días posteriores a la muerte de Navalni, casi 400 personas fueron arrestadas por la policía en varias concentraciones improvisadas, organizadas para rendirle homenaje.

Finalmente, después de un rápido funeral, el ataúd del oponente fue trasladado al cementerio de Borisovocerca de la iglesia y a pocos pasos del río Moskva, indicó en Telegram Ivan Jdanov, uno de los colaboradores más cercanos de Navalny.

«Rusia será libre», «Rusia sin Putin», «Navalni», «Liosha (abreviatura de Alexei), estamos contigo»coreaban los seguidores del político camino al cementerio.

Al funeral asistieron tres figuras destacadas de la oposición rusa, Evegeni Roizman, Boris Nadezhdin y Ekaterina Duntsova, así como los embajadores de Francia y Alemania. Entre los seguidores había gente con flores y visiblemente emocionada.

El funeral tuvo lugar dos semanas después de la muerte del opositor de 47 años, el 16 de febrero en una prisión del Ártico en circunstancias aún por aclarar.

Su esposa, Yulia Navalnaya, se despidió de él con un mensaje en X, antes la imposibilidad de asistir al funeraly le agradeció los «26 años de absoluta felicidad» que vivieron juntos.

«Gracias por 26 años de absoluta felicidad.. E incluso durante los últimos tres años de felicidad (cuando Navalny estaba en prisión). Por vuestro cariño, por vuestro apoyo, por hacerme reír incluso desde prisión, por pensar siempre en mí», escribió Navalnaya desde el exilio.

«No sé cómo vivir sin ti, pero intentaré que estés feliz y orgulloso de mí allí arriba», añadió.

Yulia estaba convencida de que volverá a ver a su marido «algún día».

«Tengo tantas historias que me gustaría contarte, tantas canciones guardadas para ti en mi teléfono», se lamentó y agregó que le gustaría ver cómo Alexei las escucha, se ríe y luego la abraza.

La madre del opositor, Liudmila, denunció la semana pasada que las autoridades no le entregaron el cuerpo de su hijo durante más de una semana después de su muerte.

Yulia también exigió a Putin que devuelva el cuerpo de Navalni a su familia, al tiempo que culpó al jefe del Kremlin de estar detrás de la muerte de su marido.

La viuda de Navalni prometió que continuará la causa de su marido desde el exilio y pidió a sus seguidores que estén a su lado.

Antes de su envenenamiento en 2020, al que sobrevivió por poco y del que acusó a Putin, y de ser detenido y condenado a 19 años de prisión por «extremismo», Navalny logró movilizar a un gran número de personas, especialmente en la capital rusa.

Su movimiento, que investigó y expuso la corrupción de las élites rusas, fue desmantelado en los últimos años. Muchos de sus colaboradores fueron encarcelados o obligados a exiliarse.