El presidente de Estados Unidos, Joe Bideninterrumpió su descanso en su casa de playa este sábado debido al anuncio del ataque iraní a Israel y regresó de urgencia a la Casa Blanca para monitorear la situación con sus principales asesores de seguridad nacional.

La tensión era alta entre los altos comandantes estadounidenses, pero esperaban ansiosamente ver cuál sería el alcance real de la ofensiva iraní en represalia por el ataque israelí a su consulado en Damasco que mató a un comandante del régimen persa.

Biden ya había dicho que la respuesta contra Israel llegaría, «más pronto que tarde» y este sábado Dijo que «apoyará» a Israel. Pero la Casa Blanca esperaba que la contraofensiva no fuera demasiado grande como para arrastrar a Estados Unidos -y a sus socios- a un conflicto mayor en el que no quiere verse involucrado.

A través de canales diplomáticos de terceros países, el gobierno de Biden había advertido a Irán sobre los peligros de fuertes represalias. Fuentes iraníes dijeron a Reuters que Teherán había respondido que respondería al ataque de Israel contra el cuartel general sirio de una manera que evitara una escalada importante y que no actuaría apresuradamente mientras Teherán también presiona por una tregua en Gaza.

En la Casa Blanca señalaron que Irán déjalo trascender el lanzamiento de sus drones con ventana de avance de varias horas que dieron tiempo a que se activara el escudo defensivo y se minimizaran los daños en Israel.

También en Washington tuvieron en cuenta el mensaje de la misión iraní ante las Naciones Unidas tras el lanzamiento, que indicaba que sería limitado: «Realizado sobre la base del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, relativo a la autodefensa, la acción La acción militar de Irán fue en respuesta a la agresión del régimen sionista contra nuestras instalaciones diplomáticas en Damasco. El asunto puede cerrarse», tuiteó la misión. Y advirtió: «Si el régimen israelí comete otro error, la respuesta de Irán será considerablemente más severa. ¡Este es un conflicto entre Irán y el régimen desafiante de Israel, del cual Estados Unidos DEBE MANTENERSE ALEJADO!»

Israel no había informado previamente al gobierno estadounidense sobre el ataque que su ejército lanzó contra el consulado iraní en Damasco y que fue motivo de fricciones entre Biden y Netanyahu. Estados Unidos aseguró a Irán que no tenía nada que ver con esa ofensiva, pero también le advirtió que no utilizara ese ataque como pretexto para una mayor escalada en la región.

Aunque Israel es un aliado histórico de Estados Unidos, Biden no quiere involucrarse en un conflicto mayor y Menos apoyo al Primer Ministro Benjamín Netanyahu, con quien ha tenido fuertes enfrentamientos. Y, además, una guerra prolongada se convertiría en un problema interno para el presidente, cuando se encuentra en plena campaña electoral para la reelección contra Donald Trump y su manejo de la cuestión de Oriente Medio ya está teniendo un impacto negativo en la presidencia demócrata. centro.

Biden había estado monitoreando la situación con su asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan. Pero después de que se supo que Irán había lanzado la ofensiva con aviones no tripulados, el presidente decidió regresar de su residencia en la playa de Rehoboth a Washington el sábado por la tarde.

El presidente se sentó directamente en la «sala de situación», la sala donde se reúnen los altos funcionarios de seguridad cuando hay una situación de emergencia, para «discutir la situación en Oriente Medio», dijo el gobierno en un comunicado.

Allí llegó el secretario de Defensa, Lloyd Austin; el secretario de Estado, Antony Blinken; el presidente del Estado Mayor Conjunto, general Charles Q. Brown; el director de la CIA, Bill Burns; la directora de Inteligencia Nacional, Avril Haines; El asesor de seguridad nacional Jake Sullivan y otros funcionarios. La vicepresidenta Kamala Harris y el jefe de gabinete Jeff Zients asistieron por video.

Tras el encuentro, el presidente estadounidense compartió un mensaje en el que reafirmó su «fuerte compromiso» con «la seguridad de Israel contra las amenazas de Irán y sus representantes».

Biden y Netanyahu mantuvieron hace días una durísima llamada telefónica en la que el jefe de la Casa Blanca le impuso condiciones para continuar con el histórico apoyo a Israel si el primer ministro no tomaba ciertas medidas concretas para proteger a los civiles y voluntarios en Gaza y decía Le dijo que estaba “indignado” por el ataque a 7 trabajadores humanitarios de World Central Kitchen en la Franja.

El primer ministro abrió un paso en el norte y tomó algunas medidas para ampliar los ingresos por concepto de alimentos. Pero todavía no es suficiente para Biden, que no quiere sorpresas adicionales que compliquen aún más el explosivo panorama regional.