Muy alarmado, el Papa hizo una llamada dramática en su mensaje dominical desde la ventana de su estudio en el tercer piso del Palacio Apostólico después de la oración del Regina Coeli, tras el ataque de Irán a Israel. Pidió “el cese de cualquier acción que aumente la violencia y transforme Oriente Medio en un conflicto aún mayor después de la intervención de Irán en Israel”.

“Nadie debe amenazar la existencia de los demás.. Todos debemos esforzarnos para que israelíes y palestinos puedan vivir en dos Estados, uno al lado del otro y con total seguridad”, afirmó.

Haciendo gala de un buen estado de salud, Francisco exigió que “todas las naciones estén del lado de la paz y ayuden a israelíes y palestinos a vivir en paz”. Es tu derecho.»

Aplaudido por la multitud que lo siguió desde la plaza, el pontífice argentino exigió que “todas las naciones se pongan del lado de la paz y ayuden a Israel y a los palestinos a alcanzar un alto el fuego en Gaza y seguir con determinación las vías de negociación”. «Que se ayude a esa población en un conflicto que ha llevado a una catástrofe humanitaria».

Al final se centró en la necesidad de concluir la guerra. “Que los rehenes (israelíes, capturados por Hamás el 7 de octubre, que de hecho iniciaron la guerra) sean liberados inmediatamente”

“¡Basta de guerra, basta de atentados, sí al diálogo y sí a la paz!” Francisco concluyó.