Durante las siguientes dos décadas, algunos académicos de la escuela abogaron por la liberalización política gradual, comenzando dentro del partido para deshacerse de la corrupción y los abusos de poder, dijo Cai. Los académicos reformistas generalmente mantuvieron sus ideas dentro de límites aceptables para los líderes. La recompensa fue que pudieron abogar cuidadosamente por el cambio de funcionarios en ascenso.

“El Partido Comunista Chino en realidad está por encima del país, así que si el partido no se democratiza, el país no puede dar el paso hacia la democracia”, dijo Cai. “Solo pudimos intentar ver si funcionaba”.

En 2008, un grupo de investigadores escolares emitió un plan de reforma política “integral” para ganar al partido un mayor apoyo público, reducir la corrupción y aumentar la eficiencia. “La libertad de prensa es una tendencia inevitable”, dijo el informe.

Los maestros de la Escuela Central del Partido dieron conferencias contundentes sobre los desastres bajo Mao, como la hambruna causada por su fallido Gran Salto Adelante. En un curso, dijo Cai, comparó deliberadamente países que en general buscaban un cambio político gradual, como Gran Bretaña, con aquellos que atravesaron revoluciones violentas, como Rusia.

“Ni siquiera había llegado a la conclusión y uno de los estudiantes se me acercó y me dijo: ‘Maestro Cai, lo entiendo’”, dijo.