A pesar de las restricciones pandémicas que aún requieren máscaras y distanciamiento social, especialmente en interiores, la gente ha estado viendo los juegos en grandes multitudes y celebrando en las calles.

“Con toda precaución, la gente necesita algo de normalidad y la selección nacional de este año es una razón para estar orgullosa y alegre después de tanto sufrimiento”, dijo Daniele Magnani, un entrenador de fútbol aficionado, que visitaba el museo con su esposa.

Magnani dijo que siempre había visto competencias internacionales en casa, pero este año iba a una actuación pública en un gran jardín en la ciudad de Cesena, en el este de Italia, donde vive con su familia.

Señaló que el entrenador Mancini no solo logró reconstruir el equipo nacional, sino que también galvanizó a los italianos. El año pasado, en homenaje a la primera pelea de la ciudad contra Covid-19, el equipo eligió jugar uno de sus primeros partidos internacionales en la ciudad, con solo trabajadores médicos mirando.

Italia ha tenido un éxito más reciente que Inglaterra, pero también algunos fracasos recientes. En 2017 el equipo sufrió la humillación de volver a casa del Mundial al finalizar la fase de grupos.

“Hay un futuro para el fútbol italiano”, dijo entre lágrimas Gianluigi Buffon, el amado portero de Italia, durante una entrevista televisiva tras la derrota, mientras el entrevistador le ponía una mano en el hombro.

“Tenemos orgullo y fuerza, somos tercos”, dijo Buffon. “Después de tan malas caídas, encontraremos la manera de volver a levantarnos”.