Todo sucedió tan rápido.

Apenas unas semanas antes de que los militantes talibanes entraran triunfalmente en Kabul el mes pasado sin luchar cuando el gobierno respaldado por Estados Unidos se derrumbó, la capital parecía estar a un mundo de distancia de la severa visión del grupo extremista de una sociedad islámica. Sin embargo, a medida que pasaban las semanas, se iban acumulando signos de una crisis inminente, que pronto quedarían grabados en los rostros de los afganos preocupados que finalmente decidieron que no tenían más remedio que huir.

Tyler Hicks, un fotógrafo del New York Times, ha capturado el arco del conflicto de Afganistán a través de al menos 30 asignaciones desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2001 que derrotó a los talibanes. En julio viajó a la ciudad occidental de Herat, la ciudad norteña de Mazar-i-Sharif y la capital de Kabul, pocas semanas antes de la caída de las ciudades, mientras la ansiedad por una toma de poder de los talibanes se intensificaba. A continuación se muestra su crónica de esas semanas críticas.