Como republicano de toda la vida y creyente en los valores fundamentales de la intrusión gubernamental limitada y la privacidad individual, el reciente rumbo adoptado por mi partido al implementar severas prohibiciones del aborto es una marcada desviación de los principios que aprecio. Francamente, me sorprende el hecho de que en 2024 las mujeres estadounidenses todavía tengan que luchar por el derecho inalienable a gobernar el propio cuerpo que los hombres estadounidenses dan por sentado.

Soy un estadounidense de primera generación. Fui criado por padres amantes de la libertad que lucharon arduamente para brindarle una vida mejor a nuestra familia después de huir de la Cuba comunista en la década de 1960. Gracias a ellos aprendí de primera mano el significado de la libertad y de un gobierno justo. Mi camino hacia abogado corporativo y representante estatal durante cuatro mandatos estuvo marcado por los valores republicanos fundamentales de libertad individual, responsabilidad personal y mínima intrusión gubernamental en nuestros negocios y asuntos personales.

Sin embargo, la reciente promulgación de estrictas prohibiciones del aborto en Florida representa un grave traspaso de la autoridad gubernamental hacia el ámbito profundamente personal de los derechos reproductivos de las mujeres. Estas prohibiciones no sólo restringen la atención médica esencial sino que también violan el preciado derecho a la privacidad, un aspecto consagrado en la constitución de nuestro estado desde 1980.

Los datos muestran que estas prohibiciones contradicen abiertamente la voluntad del pueblo.

Según una encuesta de AP-NORC citada por publicaciones nacionales como Axios, PBS y The Hill, el 64% de los adultos estadounidenses de diversos orígenes, religiones y afiliaciones políticas creen que el aborto debería ser legal en todos o en la mayoría de los casos. Y una encuesta encargada por la Coalición por la Libertad de las Mujeres de Florida muestra que el 72% de los floridanos apoya los derechos de privacidad reproductiva de la mujer sin interferencia gubernamental. La denegación de este acceso, incluso frente a escenarios horribles como la violación, el incesto o complicaciones que ponen en peligro la vida, ignora las complejas realidades que enfrentan las mujeres, así como su derecho civil básico a controlar sus propios cuerpos. Estoy de acuerdo en que los no nacidos también tienen derechos civiles, pero en mi opinión esos derechos están vinculados a la viabilidad. Sin duda, ésta es una cuestión para el electorado.

La decisión de Dobbs que revocó Roe v. Wade fue controvertida. Sin embargo, desde un punto de vista práctico, creo que a nuestra república le conviene más dejar este asunto tan divisivo en manos de los estados. Para Florida, la pregunta electoral de 2024 permitirá que los votantes, no los políticos, decidan dónde comienzan y terminan los derechos reproductivos de una mujer.

La perspectiva de un plebiscito a nivel estatal permitirá a los ciudadanos expresar su postura sobre este asunto de derechos civiles, trascendiendo la influencia de un tribunal o la Legislatura influenciada por grupos de intereses especiales y la derecha religiosa.

Por eso apoyo a grupos de base como la Coalición por la Libertad de las Mujeres de Florida. La coalición bipartidista es parte de una operación remunerada de recolección de peticiones en todo el estado que está trabajando para involucrar a votantes republicanos y demócratas independientes y no partidistas para crear una enmienda constitucional que prohíba las restricciones al aborto dentro de las 24 semanas de embarazo, lo que se considera ampliamente como el umbral de viabilidad.

Al reflexionar sobre la lucha histórica por los derechos de las mujeres, reconozco que el escenario actual se hace eco de batallas pasadas por las libertades civiles. Desde la fundación de nuestra república, el principio de igual protección ante la ley siempre ha estado muy matizado. Es un milagro que las mujeres hayan tenido que luchar por el derecho al voto 131 años después de la entrada en vigor de nuestra Constitución.

Frente al nivel de gobierno más grande e intrusivo de nuestra historia, los estadounidenses estamos redescubriendo la importancia de la privacidad en nuestras vidas. La yuxtaposición de luchar por liberarse de los encierros, resistirse a las vacunas obligatorias y afirmar el derecho a poseer armas de fuego mientras se niega a las mujeres la libertad de tomar sus propias decisiones en materia de atención médica subraya la…