La Justicia brasileña se acerca cada vez más al expresidente Jair Bolsonaro por su aparente intento de golpe de Estado para impedir la toma de posesión de Luiz Ináicio Lula da Silva en Brasil después de las elecciones de octubre de 2022.

Era una avalancha de revelaciones sin precedentes. La publicación detallada de los preparativos de un supuesto intento de golpe de Estado por parte del líder de extrema derecha y sus aliados más cercanos dejó al expresidente más expuesto que nunca.

A Bolsonaro, que se autodenomina víctima de «persecución», se le impidió salir de Brasil el jueves, en el marco de la operación «Tempus veritatis», la hora de la verdad, en latín. Otros de sus colaboradores fueron objeto de redadas y algunos de ellos arrestados.

Pero sobre todo son 135 páginas de la decisión judicial. que autorizó la operación que tuvo el efecto de una bomba en Brasil: es unan supuesto plan premeditado para asegurar que Bolsonaro permaneciera en el poder.

El documento se basa en la confesión de un testigo con acceso privilegiado al anterior presidente. Incluye capturas de pantalla de comprometedoras conversaciones de WhatsApp entre los sospechosos, entre ellos el entonces Ministro de Defensa o un militar expulsado de las Fuerzas Armadas.

La semana pasada, la Justicia difundió un vídeo añadido al expediente que mostraba, según los investigadores, que una «organización criminal» estaba preparando un «intento de golpe de Estado» antes de las elecciones presidenciales de 2022 para mantener a Bolsonaro en el poder.

Las imágenes, grabadas el 5 de julio de 2022, muestran al entonces presidente de extrema derecha reunido con varios ministros en el palacio presidencial.

La discusión entre los presentes aborda las elecciones que se celebrarían en octubre, en las que finalmente ganó, por estrecho margen, el expresidente de centroizquierda Lula da Silva.

Durante la reunión, el ambiente es visiblemente tenso y Bolsonaro a menudo alza la voz e insulta.

«Están preparando todo para que Lula gane en primera vuelta con fraude», se queja Bolsonaro, criticando al Tribunal Supremo, una «superpotencia que decide todo, muchas veces fuera del marco» de la Constitución.

En aquel momento, el presidente llevaba meses cuestionando la fiabilidad del sistema de urnas electrónicas, sin aportar nunca pruebas del supuesto «fraude» que se estaba preparando.

El ingrediente principal de la historia policial es la confesión (y el teléfono móvil) del hombre que probablemente pasó más tiempo con Bolsonaro mientras era presidente, su secretario personal, teniente Mauro Cid, 44 años, según el diario El paísdesde España, hace días.

El soldado aparece como punto central en el intercambio de información entre los sospechosos del complot golpista. Luego de cuatro meses de prisión por falsificar la cartilla de vacunación, el teniente Cid decidió pronunciarse. Esa es la valiosa munición con la que la policía acusa al expresidente y al resto de sospechosos.

Aquí, un resumen de los hechos que llevaron al fallido intento de golpe de Estado de Bolsonaro y sus seguidores, según la reconstrucción realizada por El país con base en el documento judicial.

Julio de 2022: Tres meses antes de las elecciones en las que Bolsonaro buscaba la reelección y se enfrentaba a su gran rival Lula da Silva -de vuelta a la arena política tras pasar 19 meses en prisión por una condena en un caso de corrupción-, el líder del partido de derecha sostiene una reunión oficial en el palacio de Planalto con ministros y altos funcionarios en la que la policía ve “una dinámica golpista en la cúpula del gobierno”.

El viernes, el juez levantó el secreto del vídeo, que inmediatamente apareció en todas las portadas de la prensa. El presidente exigió que sus ministros cuestionen como él la seguridad de las urnas electrónicas y sugirió que hubo una conspiración para arrebatarle el poder: “Los muchachos están preparando todo para que Lula gane en la primera vuelta, un fraude. Voy a mostrarte cómo y por qué.»

Al menos uno de los presentes está preocupado. “¿Se está grabando la reunión, presidente?” pregunta el Ministro de la Contraloría General. Bolsonaro le dice que sólo va a grabar su propio discurso, pero Es evidente que el resto de los presentes también fueron grabados.. El vídeo fue encontrado por la policía en una computadora que la secretaria de Bolsonaro tenía en casa.

Los encendidos discursos están aderezados con improperios -Bolsonaro usa cinco en 35 segundos-, referencias futbolísticas y lenguaje bélico. «Estoy en la línea de contacto con el enemigo».dice el ministro de Defensa, general Paulo Sérgio Nogueira, refiriéndose a sus interacciones con el Tribunal Superior Electoral para garantizar la seguridad de las urnas.

Y uno de los ministros generales, Augusto Heleno, jefe de los servicios secretos, advierte: “Si tenemos que dar un golpe en la mesa es antes de las elecciones. Aquí no hay revisión del VAR (como en el fútbol)”.

Bolsonaro, en tono dramático, proclama: “No tengo dudas de lo que está pasando. No tengo muchas pruebas. “Voy a bajar por la rampa de aquí (del palacio presidencial) preso por actos antidemocráticos”.

«Si reaccionamos después de las elecciones habrá caos en Brasil, una gran guerrilla, el país arderá«, dice más tarde.

18 de julio de 2022. En su campaña contra las urnas electrónicas, el presidente recibe a embajadores extranjeros. Les transmite sus dudas sobre el sistema de votación sin presentar pruebas. Los diplomáticos asisten estupefactos. Debido a esa intervención, Bolsonaro fue inhabilitado para postularse a un cargo hasta 2030.

30 de octubre de 2022. Lula gana las elecciones más reñidas de la historia de Brasil. El líder del Partido de los Trabajadores obtiene 50,9% frente al 49,1% de Bolsonaro. Al día siguiente, decenas de miles de partidarios de Bolsonaro denuncian fraude frente a cuarteles en todo Brasil. Esa noche acampan allí mismo. Exigen intervención militar. Y allí permanecerán hasta el día después del intento de golpe, cuando serán desmantelados por la fuerza.

19 de noviembre de 2022. Tres de los expertos jurídicos acusados ​​se reúnen en el palacio presidencial con Bolsonaro. Uno es el asesor especial del presidente en asuntos internacionales; el otro, un sacerdote católico. lo traen un proyecto de decreto golpista que contempla anular las elecciones y arrestar a dos jueces del Tribunal Supremo y el presidente del Senado. El presidente pide algunas modificaciones.

Días después recibe una nueva versión que incluye nuevas elecciones y la detención de Alexandre de Moraes, el juez del Tribunal Supremo que dirige la investigación sobre la fallida revuelta y bête noire del bolsonarismo.

7 de diciembre de 2022. Bolsonaro convoca a la cúpula de las Fuerzas Armadas, los generales Marco Antonio Freire Gomes (Ejército), Carlos Baptista (Aeronáutica) y el almirante Ailton Garnier (Marina), y al Ministro de Defensa para presentar el decreto con el que intenta disfrazar lo que sería una ruptura constitucional con la legalidad. El jefe de la Marina acepta la idea. Pero sus colegas en el ejército y la fuerza aérea dudan.

El almirante está ahora acusado de golpe.

9 de diciembre de 2022. El secretario privado de Bolsonaro envía un audio al jefe del Ejército. Es un nuevo intento de convencerlo de participar en el motín. Cid le dice que “el presidente ha recibido varias presiones para que tome una decisión más dura, pero obviamente, ¿dónde va a utilizar sus fuerzas?”. Y anuncia que el presidente ha reducido el decreto golpista.

Ese mismo día, el general Theophilo de Oliveira, que era comandante de las operaciones terrestres del Ejército, se reúne con Bolsonaro y, según la acusación, acepta unirse al motín siempre que el presidente firme un decreto que lo avale.

Diciembre de 2022. A dos semanas de que finalice el mandato de Bolsonaro -Lula asumió el poder el 1 de enero de 2023-, Walter Braga Netto, general de reserva que perdió las elecciones como número dos de Bolsonaro y ha sido ministro, estalla de furia porque el jefe del Ejército se niega a unirse al plan golpista.

Toma el asunto en sus propias manos y envía mensajes por WhatsApp a un soldado turbio expulsado del ejército por indisciplina. “Amigo, lamentablemente tengo que decirle que la culpa de lo que está pasando y de lo que va a pasar es del general Freires Gomes. En un combatiente no hay lugar para la omisión o la indecisión”, escribe Braga Netto. Y, cuando su interlocutor responde: “Vamos a ofrecer su cabeza a los leones”, el ex ministro responde: “ofrece su cabeza. «Es una mierda.»

Entonces, Milicias digitales bolsonaristas se activan en campaña contra el jefe del Ejército. También atacan al jefe de la Fuerza Aérea, un “traidor a la patria”, en palabras del candidato a vicepresidente, quien ordena al turbio soldado desplegar una campaña (de elogios) muy diferente a la del almirante que aceptó participar en el golpe.

1 de enero de 2023. Lula asume su tercer mandato en una ceremonia en Brasilia en la que no participa su antecesor, que viajó días antes a Estados Unidos para no entregarle la banda presidencial. El multitudinario evento se desarrolla con absoluta normalidad. El exlíder del sindicato metalúrgico está de vuelta al frente del Estado y Bolsonaro está lejos. Una semana después, el país experimentó una conmoción.

8 de enero de 2023. En plenas vacaciones de Año Nuevo en todo el país, con temperaturas de más de 30 grados, Brasilia está desierta. Pero miles de partidarios de Bolsonaro desde el bando golpista instalado frente al Cuartel General del Ejército, obra de Oscar Niemeyer, descienden a la Plaza de los Tres Poderes y asaltan el corazón de la democracia brasileña.

Una turba de seguidores del expresidente toma las bancas del Congreso, la Presidencia y la Corte Suprema de Justicia. Destrozan cristales y muebles ante la impotencia de la policía que sólo logró tomar el control varias horas después.

8 de febrero de 2024. Bolsonaro y otras 28 personas están acusado formalmente de planear un intento de golpe de estado. Cuatro de ellos, asesores del anterior Gobierno, están detenidos en la operación Tempus Veritatis. El resto, sujeto a diversas medidas cautelares. Al expresidente se le confisca el pasaporte y se le prohíbe viajar al extranjero. Su situación parece cada vez más complicada.

Fuente: agencias y redacción de Clarín