Kamran dijo que aún no sabía qué haría en Estados Unidos o dónde viviría de forma permanente. Por ahora, espera terminar en California, donde vive una de sus hermanas.

“Estamos esperando y viendo lo que sucederá”, dijo.

Noah, un residente permanente de 31 años que estaba visitando a su familia en Afganistán, salió del Centro de Exposiciones el miércoles por la tarde con su esposa, su hija de 9 años y su hijo de 7 años. De camino a su casa en Concord, California, dijo que estaba feliz de estar de regreso, aunque estaba agotado después de pasar por Qatar y Alemania.

En la base aérea de Doha, Qatar, dijo, miles de personas estaban hacinadas y no había “nada para comer”. Tuvo que dejar dos maletas con su ropa y documentos en el avión allí, y no está seguro de cómo recuperarlas.

También expresó preocupación por sus padres y hermanos en Kabul. Su hermano, que ayudó a los contratistas estadounidenses en Afganistán, está solicitando una visa especial de inmigrante. Sin embargo, duda que se le conceda. Aunque su hermano fue al aeropuerto con él, Noah dijo que le negaron un vuelo a Estados Unidos.

Nadima, un ex empleado del gobierno en Afganistán de 36 años, huyó de Kabul el día que los talibanes tomaron el control. Después de que sus compañeros de trabajo fueran detenidos por miembros del Talibán cuando se dirigían a la oficina, le dijeron que tomara un vuelo fuera del país.