ZHENGZHOU, China – Días después de que la inundación más fuerte en la memoria golpeara Zhengzhou, la limpieza comenzó en medio de una presencia de seguridad cada vez más estricta que ya estaba restringiendo el flujo de información.

En la parte occidental más antigua de la ciudad, que fue la más afectada por las lluvias, las aceras se llenaron el viernes y el sábado con residentes y dueños de negocios ventilando sus empapadas pertenencias mientras los soldados limpiaban de barro las principales vías de la ciudad. . Grandes bombas de agua vaciaron los pasos subterráneos inundados y los rescatistas sacaron los autos empapados y, en algunos casos, los cuerpos.

El jueves, una tienda de conveniencia junto a la estación de metro Haitansi Road, donde muchas personas murieron en las inundaciones, estaba llena de personas que portaban dispositivos electrónicos. En la calle, los vendedores vendían fruta y zapatillas con descuento, mientras que las familias de los alrededores, sin electricidad ni agua corriente en casa, holgazaneaban en el aire del verano.

Para el sábado, la policía antidisturbios estaba haciendo guardia en varias intersecciones clave y alrededor de hospitales en Zhengzhou, una ciudad de 11 millones de personas a orillas del río Amarillo. La policía y los guardias de seguridad mantuvieron un estrecho cordón alrededor de los pasos subterráneos, túneles y pasillos peatonales a lo largo de Jingguang Road, donde ocurrieron la mayoría de las peores inundaciones, y se ordenó a los transeúntes que no tomaran fotos.

En varias de las zonas más afectadas de la ciudad, la policía interrogó a periodistas extranjeros, incluida EDL, y les dijo que no podían informar sobre la respuesta a las inundaciones ni hablar con los lugareños sin pasar por los canales oficiales.